9 de enero de 2013



Esto es una noticia. Un conjunto de frases que intentan transmitir hechos y acontecimientos a un amplio público. Es la yema en el huevo, el grumo en el Cola-Cao, el vapor en la infusión... La hija legítima del periodismo. La noticia publicada, sea crónica, artículo, reportaje o documento radiofónico o televisivo es el trabajo de hombres y mujeres que una vez (no todos) pasaron sus primeros años de juventud en una facultad de Ciencias de la Información.
Es el por qué tenemos derecho a una nómina... Es nuestro coche recién lavado si fuéramos limpiacoches, es la cabeza recién mechada si fuéramos peluqueros, es el diagnóstico y la receta si fuéramos médicos.
Esta noticia es una más de las que hoy publica un medio. Informa sobre un hecho del que hoy otros medios también han informado. Convive en un pisito pequeño con muchas más compañeras. No sería la afortunada que ocupa unas líneas en la portada sino fuera porque lo que cuenta tiene relevancia. Y la tiene. Hoy ya es público y notorio el despido de muchos centenares de buenos profesionales del periodismo que han dedicado sus mejores años a servir al ciudadano de la Comunidad de Madrid desde una empresa, Telemadrid, a la que aman como el primer día y que está a punto de fallecer para transformarse en una sucia fulana al servicio de un grupo de empresarios y políticos de dudosa honestidad.
Por una vez, y desde luego sin pretenderlo, una que les habla está al otro lado, forma parte de la noticia que nunca quiso ver publicada. Yo, que decidí a los 10 años, enamorada de la lengua y animada por mi profesora en sexto de EGB, ser periodista, al menos cumplí mi sueño durante veinte años. Ahora no sé cuánto quedará para dar mi sueño por cumplido o, por contrario y por fortuna, seguir cumpliéndolo... Sólo sé que, de momento, unos desalmados van a arrebatármelo. ¡Como si fuera tan fácil robar una ilusión!