Esto es una noticia. Un conjunto de frases que intentan
transmitir hechos y acontecimientos a un amplio público. Es la yema en el
huevo, el grumo en el Cola-Cao, el vapor en la infusión... La hija legítima del
periodismo. La noticia publicada, sea crónica, artículo, reportaje o documento
radiofónico o televisivo es el trabajo de hombres y mujeres que una vez (no
todos) pasaron sus primeros años de juventud en una facultad de Ciencias de la
Información.
Es el por qué tenemos derecho a una nómina... Es nuestro
coche recién lavado si fuéramos limpiacoches, es la cabeza recién mechada si
fuéramos peluqueros, es el diagnóstico y la receta si fuéramos médicos.
Esta noticia es una más de las que hoy publica un medio.
Informa sobre un hecho del que hoy otros medios también han informado. Convive
en un pisito pequeño con muchas más compañeras. No sería la afortunada que
ocupa unas líneas en la portada sino fuera porque lo que cuenta tiene
relevancia. Y la tiene. Hoy ya es público y notorio el despido de muchos centenares
de buenos profesionales del periodismo que han dedicado sus mejores años a
servir al ciudadano de la Comunidad de Madrid desde una empresa, Telemadrid, a
la que aman como el primer día y que está a punto de fallecer para
transformarse en una sucia fulana al servicio de un grupo de empresarios y
políticos de dudosa honestidad.
Por una vez, y desde luego sin pretenderlo, una que les
habla está al otro lado, forma parte de la noticia que nunca quiso ver
publicada. Yo, que decidí a los 10 años, enamorada de la lengua y animada por
mi profesora en sexto de EGB, ser periodista, al menos cumplí mi sueño durante
veinte años. Ahora no sé cuánto quedará para dar mi sueño por cumplido o, por
contrario y por fortuna, seguir cumpliéndolo... Sólo sé que, de momento, unos
desalmados van a arrebatármelo. ¡Como si fuera tan fácil robar una ilusión!
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