20 de marzo de 2014

Sueño



Le soñé fumando…
… me confesó que sólo lo hacía cuando no podía más…
… también me habló de un amor secreto…
una correspondencia clandestina con una mujer sin rostro.

Sus palabras le alegraban la vida
SOLO sus palabras
Le soñé explicándome
Le soñé
Entre nosotros, el aire viciado
Que me seguía asfixiando

Padre

Hombres...
Que con poco más de ocho años salieron a pastorear cabras para ayudar a su familia, huérfana de padre, y que se adentraron en la treintena en la capital en a aquellos años cincuenta de la escasez y la necesidad del olvido.
Hombres que no tuvieron la suerte de disfrutar del "concepto" padre que décadas después llenó de orgullo parques y polideportivos.
Hombres que aún resisten, 85 años después, a un siglo XX INJUSTO y un siglo XXI INGRATO.
Porque aun siempre con la impuesta distancia contribuiste a hacerme tal como soy. Y porque mis genes lucharán por mantener siempre viva tu memoria.
Quiero creer que tendré aún los años precisos para seguir sintiendo de corazón, en vivo, todo lo bueno que has hecho por mi.
Gracias papá. Sigue así de fuerte. Te adoro.

19 de marzo de 2014

Trampantojos


¿De verdad era todo así de sencillo?
Moverte como por azar, dirigirte hacia el objetivo…
La frente alta, el rostro relajado?

¿De verdad no había nada escondido?
Ni un por qué?
Ni un hasta cuándo?

¿De verdad?
Realmente es tan increíblemente normal
Todo lo tuyo?

¿De verdad una madeja cayó…?
¿Enredó mi voluntad…
Nubló mi mente?

¿De verdad no eras tú?
¿O sí lo eras?

¿Me dejé deslumbrar por un recorte de cartón?
¿O fue una suerte de juego?

Las reglas de un camaleón?
O el manual de instrucciones
Del ser vivo con DNI caducado…?

3 de marzo de 2014

Azúcar derretida


El azúcar se extendía lenta por mis venas
Removiendo generosa cada una de las ramas
De esta inescrutable zarza que es mi organismo
Habían pasado solo unos días
Y aunque todo había quedado más o menos claro
No podía olvidar la promesa
Que aunque muerta
Seguía latiendo, viva de esperanza, en mi interior
Una promesa vacía
Que jamás se vistió de palabras
Solo de sueños recurrentes, demasiado numerosos, demasiado seguidos
Pensé en lo ocurrido
En las revelaciones hechas
En los secretos confesados
En las habitaciones oscuras de mi realidad
Que nunca antes había visitado
Y que me fueron mostradas entre sonrisas
Sonrisas que alimentaron mi fuego
Un líquido viscoso era ahora el conductor de mis ideas
Azúcar derretida por el devenir de las horas
Esperando
Volviendo a soñar, volviendo a alimentar un recuerdo
Perlas de ilusión cristalizaban contra mi pecho
Con agudas aristas comenzaban a punzarme el alma.